30 septiembre, 2011

Retiro espiritual en la Colònia de Sant Jordi





Apuntes sobre grabaciones....




¿La grabación de conversaciones es prueba válida en un juicio? 

Apuntes para una respuesta. 

Salamanca (España)



hay muchas opciones a elegir





A) La validez de una prueba en juicio se predica del cumplimiento de los criterios legales (objeto de prueba, forma de proponer y practicar, tiempo, etc.) que tiene que reunir una prueba para ser admitida. Otra cosa distinta es la valoración que se haga de la prueba, esto es, si prueba lo que la parte quiere o no lo prueba.


Sobre el segundo extremo, es esencial en todos nuestros órdenes jurisdiccionales (civil, penal, contencioso-administrativo y laboral)que la valoración de la prueba es función esencialmente judicial, inherente o inseparable de la función de juzgar que es potestad exclusiva de jueces y tribunales (art. 117, 3 CE), si bien con matices en cada uno que se salen del caso.

En orden a la validez, aparte de otros requisitos que no vienen al caso, es esencial que la prueba se haya obtenido de forma lícita y sin ser contraria a los derechos fundamentales (arts. 14 a 30 CE), y aquí es donde suele estar el problema de la prueba de conversaciones grabadas en cintas u otros artilugios.

B) Se puede afirmar que la grabación de una conversación ajena, esto es, en la que quien graba no participa en la conversación, sin consentimiento de los intervientes y sin autorización judicial, es una prueba que atenta a los derechos fundamentales de los comunicantes, los del art. 18, apartados 1 y 3, y quizá otros, derechos a la intimidad personal y de secreto de las comunicaciones, aquí al caso las telefónicas pero también aplicables a las presenciales, por lo que es una prueba ilícita que no podrá ser admitida.

C) Por el contrario, la grabación de una conversación por uno de los intervinientes, sin afectar a reservas de intimidad de los otros, y al mismo tiempo haciéndose la grabación para ser utilizada como prueba del que graba, es una prueba válida pues ningún derecho fundamental de los otros vulnera, y al mismo tiempo sirve al ejercicio del derecho fundamental de tutela judicial (derecho a la prueba, art. 24, 2 CE) del que graba.

D) No es posible dar una respuesta fija para todos los casos, pues siempre es preciso hacer una ponderación de los derechos o intereses en juego, admitiéndose en la realidad más que los dos supuestos analizados (B y C).

E) La prueba deberá ser propuesta además en tiempo y forma, entre los que cabe destacar en los órdenes civil, contencioso-administrativo y laboral, que será preciso ofrecer al tribunal los medios de reproducción para ser escuchada en la vista. Y además es conveniente reforzar la prueba con elementos que ayuden a objetivarla como las transcripciones, y ofrecerla a contadicción (reconocimiento del otro), intentar la sorpresa dentro del trámite procesal, ... pero todos estos requisitos ya en el orden de la conveniencia o práctica forense y no en el de la validez.

igualita que la mía



F) Por lo que en conclusión, las grabaciones telefónicas pueden proponerse como prueba en juicio, y ser admitidas si la ha efectuado el comunicante que la propone, y sin recoger reservas de la intimidad del otro, en el ejercicio del derecho a la prueba del proponente, y todo ello sin perjuicio de la valoración judicial que se haga de la prueba y otros requisitos de validez.



29 septiembre, 2011

ESTADOS MENTALES NEGATIVOS IV




ESTADOS MENTALES NEGATIVOS

Extracto del libro “Tensión, miedo y liberación interior”
La angustia

La angustia no es nada más que este mismo problema que estamos examinando todo el tiempo, pero vivido de un modo más acuciarte, más inmediato.
Yo me siento de un modo, creo ser de un modo, pero mi esperanza está puesta en lo que espero llegar a ser, en este yo-idealizado.
Cuando me siento lejos de este yo-idealizado, me siento inferior, poca cosa.
Pero ¿qué ocurre si yo, además me siento amenazado de no poder llegar a aquello?
No es solamente que me sienta lejos, que me separe una gran distancia desde donde ahora estoy hasta el punto de destino, sino que además, creo que no podré llegar nunca al punto de destino o que hay algo que está determinando mi fracaso en esta realización.
En la medida en que yo imagino esta realización del futuro como mi máxima realización, todo lo que se oponga gravemente a ella será mi máxima negación.

Esto es lo que provoca en mí la angustia.



La angustia es esta sensación intensa que se produce dentro cuando me siento gravemente amenazado, cuando me siento ante un peligro inminente de la muerte de mi yo-ideal, de eso que para mí tiene el máximo valor, de lo que es la razón normal, habitual, de vivir.

Cuando me siento gravemente amenazado, inmediatamente amenazado, en este yo ideal, entonces me sobreviene una gran angustia.




Es el mismo mecanismo que el sentimiento de inferioridad, el mismo que los estados de tensión, vivido de un modo urgente, de un modo apremiante, inmediato.

En el caso de que conciba esta realización como imposible, entonces ya no habrá angustia; se producirá la depresión.



La depresión es el resultado de creer imposible llegar a esta plenitud, a esta realización del yo ideal. Me siento sin fuerza, sin sentido, he descendido, no me proyecto, no puedo afirmarme en mi mente.
Entonces, mi entusiasmo, mi idea, deja de tener una orientación y se produce un cese en mi efectividad, en mi vitalidad, incluso en mi mente. Me siento sin fuerzas, desanimado; es la depresión.

Todo esto son fenómenos que ocurren sólo dentro de mi propia mente, únicamente fenómenos en mi modo de funcionar las energías.

Aun cuando la persona esté tan deprimida que le parece que no hay absolutamente nada que tenga sentido, toda ella está en realidad llena de vida, toda ella está llena de posibilidades.


Es solamente su valoración de las cosas lo que ha cambiado, sólo son sus ideas respecto a las cosas y a las situaciones lo que se ha modificado.


Ella sigue siendo exactamente la misma.


Pero esa idea-negación produce un bloqueo; en tal caso, la persona puede enfermar, y enfermar físicamente.


Puede presentar un descenso grave en sus capacidades psicológicas, sin que realmente nada orgánicamente funcione mal en ella.


Es simplemente una idea grande de negación, y aquello impide el funcionamiento normal de toda la vida que tiene dentro, física, afectiva, intelectual, espiritual.


Aquí puede verse como todo es un drama que está ocurriendo sólo dentro de la mente.

La persona no se da cuenta de esto.



La persona siente únicamente cosas agradables o desagradables, y entonces cree que todo lo que siente, sobre todo lo desagradable, es debido al exterior, porque «la gente es así», porque me ha ocurrido tal cosa, porque me ha venido tal desgracia, porque he tenido tal fracaso.


Siempre creemos que es lo exterior lo que produce el daño.
Y lo exterior nunca lo produce; lo despierta, pero no lo produce.
Yo podría vivir positivamente aquella situación exterior si fuera dueño de una correcta visión y de una correcta disponibilidad de mis recursos.


Es mi valoración, el valor que yo doy a la idea de mí y a la idea que las demás cosas tienen para mí.


Todo depende de esto.


De ahí que estos estados negativos pueden resolverse completamente, porque no dependen de lo exterior, sino simplemente de cómo funcionan mis energías, de cómo funciona mi valoración, de cómo funciona mi modo habitual de reaccionar ante las cosas.






Invitación Conferencia-coloquio


INVITACIÓN 

(ISLA DE MALLORCA)




Me complazco en invitarle y espero contar con su presencia en el Auditori del Claustre de Sant Bonaventura de LLuchmayor, a las 20 horas de el día 3 de octubre para poder debatir y contribuir a crear un estado de opinión en el cuál se tenga en cuenta que la violencia en los lugares de trabajo es, lamentablemente, una forma más de violencia en nuestra sociedad, una epidemia "silenciosa", un riesgo laboral más y un gravísimo problema de salud pública; imprescindible su identificación y conocimiento, aspectos jurídicos y legales, prevención y tratamiento; cuenta asimismo, el libro, con cuatro anexos, amplía bibliografía y extenso índice terminológico (glosario) y onomástico; antes, durante y después de la conferencia-coloquio podrá adquiirse, para quién lo desee, el libro con un descuento del 20%: 18 €.


Gracias. Saludos.

Atte. Joaquín






28 septiembre, 2011

ESTADOS MENTALES NEGATIVOS III




ESTADOS MENTALES NEGATIVOS


Extracto del libro “Tensión, miedo y liberación interior” 
de Antonio Blay 



Timidez. Sentimientos de inferioridad 


Sin llegar a este extremo del desmayo, la persona huye hacia dentro cada vez que se desinteresa de lo exterior, cada vez que se vuelve de espaldas a lo exterior. 

Éste es el caso, en general, de las personas que padecen problemas de timidez, de sentimientos de inferioridad. 

Vemos cómo la inseguridad que existía, con la tensión correspondiente, produce en la persona un movimiento de replegamiento hacia dentro.


 La persona tímida es tímida porque, en lugar de reaccionar hacia afuera, reacciona hacia dentro. Está tenso porque está huyendo. 
Quiere huir, no quiere vivir la situación. ¿Por qué? 
Porque se encuentra en peligro, peligro de crítica, peligro de quedar mal, peligro de ridículo. 
Entonces reacciona huyendo hacia adentro. 
Por eso no le salen las palabras, no le salen los movimientos, la memoria no le funciona. 
Toda una serie de fenómenos que son de inhibición, de disminución. Y eso todos lo hemos comprobado. De aquí que es tan interesante ir tratando de aplicar todo lo que decimos a la situación personal. 

Puede ocurrir que la reacción se produzca en la otra dirección, que, en lugar de inhibirse, sea de excitarse. 
Entonces vemos este fenómeno por el cual la persona que se encuentra en inseguridad y en tensión se enfada, se irrita. 
Es otro modo de reaccionar ante el mismo tipo de problema. 
Un modo de huir de la tensión es intentar descargar la protesta, la energía, hacia afuera. 
Esto da un sentido de agresividad o a veces un sentido de acción, que en definitiva es otro modo de huir del problema, ya que es una acción por la cual uno trata de distraerse y alejarse del conflicto que le preocupa. 
Muchas personas que van por el mundo adoptando el papel de personas batalladoras, valientes, simplemente están realizando la función de huir de su inseguridad. 
Están tratando de aparecer ante sí mismos y ante los demás como personas importantes, activas, enérgicas. Pero todo es un personaje ficticio. 

¿Qué es, pues, la timidez? Ya hemos visto como se presenta. 
La timidez, mirándola ahora con más detalle, es el resultado, en primer lugar, de que la persona ha vivido su yo-experiencia con poca intensidad. 
Su yo-experiencia no se ha desarrollado de un modo muy fuerte, ni muy amplio. 
Esto quiere decir que sus impulsos han quedado en gran parte retenidos e inhibidos dentro. Sea por un exceso de autoridad en el ambiente que le rodea, por un exceso de crítica, o por insuficiencia de energía natural en la persona, el hecho es que unos impulsos que se han generado, que se han producido dentro, no se han actualizado, no se han exteriorizado. 

Al tener el yo-experiencia pobre, ocurre que la persona vive de hecho poca fuerza psicológica. Su yo es débil. Pero, en cambio, tiene dentro una gran carga de energía; ésta es la que le hace fabricar la imagen de sí mismo como él querría ser, como él desea llegar a ser. Y, cuando más alta es la imagen de cómo desea llegar a ser, más lejos está de su experiencia diaria. 
Al ser débil su reacción ante las situaciones, estará siempre muy por debajo de este yo-idealizado. 
El resultado es que en cada momento en que está actuando se siente fracasado, alejado de tal como él quiere llegar a ser. 
Y, por el miedo a sentirse una vez más fracasado temerá cualquier situación que le obligue a hablar, a moverse, a reaccionar, a responder. 
Cada vez más tenderá a refugiarse en su fantasía, en su deseo, en lo que él llama su mundo interior. Y, cuanto más se refugie en su mundo interior, más aumentará su problema. 
O sea, que el tímido es siempre la persona que vive un yo-experiencia débil, que no ha crecido y que, en cambio, está teniendo una gran cantidad de impulsos, de energías de varios tipos, que le obligan a vivir un yo-idealizado muy intenso. 

Entonces, se está constantemente comparando con esto que él desearía llegar a ser, y cada vez se siente más lejos de ello. 
Cada experiencia es una experiencia frustrante, es una experiencia de fracaso. 
Cada vez se va convenciendo más de su imposibilidad de alcanzar este ideal. 
Por lo tanto, el tímido es tímido simplemente porque se compara consigo mismo. 
No es que sea tímido porque los demás sean más fuertes, lo es porque vive por debajo, muy por debajo, de lo que él siente que debería ser. 
Está representando un papel muy inferior al que siente, al que necesita hacer. 
Por tanto, todo el problema del tímido está en sí mismo. 
El tímido no es tímido porque la otra persona esté más segura que él; eso es lo que le parece al tímido. 
Lo que ocurre es que, cuando está con las otras personas, es cuando se despierta este problema que está dentro de él. 

Pero el problema, siempre, en todo momento, está en él y nada más que en él. 
De ahí que sea falsa esta solución que a veces busca el tímido consistente en buscar ambientes pobres, en buscar ambientes más sencillos, con menos exigencia. 
Vemos muchas veces esto en los niños. 
El niño tímido busca amistad con niños más pequeños. 
En las personas mayores también ocurre igual. 
Personas con sentimientos de inferioridad tratan de establecer contacto con otras que posean menos cultura, ante las cuales pueden presumir, sentirse superiores artificialmente, o también con personas económicamente más pobres, porque el sentirse más fuertes económicamente tiende a compensar este sentimiento de inferioridad.



continuará...

ESTADOS MENTALES NEGATIVOS II


ESTADOS MENTALES NEGATIVOS


Extracto del libro “Tensión, miedo y liberación interior” 
de Antonio Blay








Tensión


La tensión es el mecanismo natural que ponemos en marcha cuando hemos de ejecutar una acción. Yo he de levantar un peso: pongo en tensión mi musculatura y lo hago de acuerdo con el peso aproximado que creo que tiene aquello. 
Así me preparo para el esfuerzo, pongo en tensión, a un grado determinado, mis músculos para mover aquel peso. 
La tensión es un fenómeno natural, normal, necesario, es la preparación para la acción, tanto para la acción física como para la psicológica. 
Por lo tanto, la tensión no tiene un carácter necesariamente negativo ni mucho menos. 

Ahora bien, ¿qué ocurre cuando yo me preparo para realizar una acción, y esta acción no se produce? 
Que mantengo dentro una tensión improductiva, inútil. 
Si la mantengo por más tiempo, se convierte en una tensión parásita. 
Esa tensión parásita es la que llamamos tensión, en el lenguaje corriente. 
Cuando se habla de tensión nerviosa, mental, emocional, queremos indicar simplemente esto: que en nosotros se han producido unos movimientos previos de tensionar, de poner en tensión mecanismos físicos o psíquicos preparatorios para una acción de esfuerzo, pero que, al no producirse dicho esfuerzo, se ha quedado sólo en la preparación. 
Entonces queda aquel estado dentro y esta tensión mantenida se convierte en algo parásito, perjudicial, porque impide que el organismo o la mente siga funcionando con fluidez respecto a lo que ha de hacer en cada momento. 

Cuando estoy viviendo una situación de peligro psicológico o físico, me pongo en tensión. ¿Por qué? 
Porque la tensión es la preparación para defenderme del peligro. 
Lo mismo si se trata de un peligro físico como de uno psíquico. 
Ante un peligro psíquico me pongo tenso, para evitar el ataque, para prepararme yo para atacar, o para huir. 
Esa tensión que movilizo, por la cual estoy preparándome para defenderme o para atacar, queda dentro, porque estoy viviendo el peligro continuamente, porque constantemente estoy viviendo el temor de fracasar ante tal situación, de encontrarme ante tal persona que me ponga en evidencia, de que no se realice lo que yo deseo; y esto me está haciendo vivir interiormente en un estado de alarma, de inseguridad permanente, ante la que estoy en un estado de tensión expectante, de preparación para defenderme o atacar. 

Existen dos formas fundamentales de tensión, una es la que se produce cuando yo he de estar inhibiendo un impulso para que no salga. 
Este es el caso de una violencia interior que he de impedir que salga. 
Esta fuerza que hago para retener el impulso es una tensión por inhibición sostenida. 
Luego hay una tensión cuando he de estar haciendo un esfuerzo muy activo, muy largo, por ejemplo cuando he de andar mucho, cuando he de estudiar más de lo habitual, cuando tengo que adoptar una actitud de alegría infrecuente en mí, es decir, cada vez que he de hacer un sobreesfuerzo, se produce un cansancio. 
Entonces me he de forzar, he de tensar mi capacidad de hacer para seguir haciendo, tensión por exceso de acción. 

O sea, hay una tensión que se produce por inhibición, mantengo dentro cosas, y, para que no salgan, he de estar «apretado». 
Luego, una tensión que se produce porque me estoy obligando a hacer más de lo que acostumbro. Generalmente una y otra van juntas, pero son distintas. 
Cuando me reprimo para que mi agresividad no salga a flote, experimento una tensión; pero, cuando al mismo tiempo me he de obligar a sonreír y a ser amable o atender mis negocios, yo he de estar haciendo entonces un esfuerzo de acción, porque en aquel momento no tengo ganas ni interés alguno en hacer aquello. Pero son dos cosas distintas. 
Es importante entenderlo. 
Toda tensión que sea debida a un exceso de acción solamente podrá resolverse mediante el descanso, el cese de la acción. 
Pero, en cambio, toda tensión que sea el producto de una inhibición, con el descanso no se arreglará nada. 
En este caso, lo único que puede solucionar la tensión es descargar al exterior la energía retenida. 
Es fundamental entender esta distinción porque las vías de solución son prácticamente opuestas. 

Cuando la tensión se produce porque estoy haciendo un esfuerzo en mantener un modo de hablar, de conducirme, más allá de lo que me es normal, solamente desaparecerá la tensión mediante el descanso de aquel esfuerzo, de aquella acción. 
Pero cuando la tensión se deba a que estoy apretando, reteniendo para que no salgan aquellas cosas que están prohibidas, la única posibilidad de que desaparezca la tensión es que aquello pueda salir de un modo u otro. 
Así desaparece la causa de la tensión. 

Para un tipo de problemas la solución será el descanso, la relajación, el yoga. 
Para el otro tipo de problemas no será ni el descanso, ni la relajación, ni el yoga, lo más indicado, sino la expresión, la descarga, la movilización hacia afuera de las energías retenidas dentro. 

La tensión, una vez dentro, sea cual sea su clase, puede producir en nosotros una reacción bien de inhibir, o bien de expulsar hacia afuera. 

Inhibir o excitar son las dos formas reactivas básicas. Inhibir significa que, ante un problema, yo tiendo a desaparecer, a replegarme hacia dentro, a huir del exterior. 

El caso extremo de este tipo nos lo dan aquellos animales que cuando están en peligro se tiran al suelo inmóviles, como si estuvieran muertos. 

Eso es la inhibición total. 

En las personas, esto se ve cuando, ante una dificultad, un disgusto, un problema grave, la persona se desmaya: es un modo de evadirse, un modo de huir.




continuará...





ESTADOS MENTALES NEGATIVOS I






ESTADOS MENTALES NEGATIVOS


Extracto del libro “Tensión, miedo y liberación interior” 
de Antonio Blay



Es el libro que estoy re-leyendo, soy aficionada a releer libros que tienen varias lecturas, éste lo tiene, de las otras veces que lo leí no me acuerdo de este trozo, pero ya que lleva todo el día rondándome lo voy a poner aquí.


Como va a quedar muy largo (un mazacote) lo dividiré en varias entradas para que sea más digerible. Este Sr Blay, el Sr. Wilber, el Sr. Jung y el Sr. Maslow son los integrantes de mi panteón de dioses. Mi Cuaternario. Sí, en mi parte espiritual soy budista, pero no solo de OM vive mi mente.







Empieza así:


ESTADOS NEGATIVOS



Vienen a continuación tres términos fundamentales que son: inseguridad, timidez y angustia.

Intentemos ver claramente el mecanismo.

Inseguridad

Yo me siento inseguro cada vez que no veo inmediato mi éxito, mi afirmación, que no veo inmediata la posibilidad de ser lo que yo quiero ser. 
Existe una inseguridad de origen físico: si yo estoy andando por un terreno muy montañoso, en el que es posible que resbale y me haga daño, actuaré con precaución. 
En este caso siento mi inseguridad física. 
Si estoy viajando en avión y empiezo a notar que se producen movimientos anormales, me sentiré alarmado. 
Aquí también estoy en un estado de inseguridad por una razón externa muy justificada.

Pero, lo mismo que ocurre en este plano externo, justificado, ocurre también con nuestra seguridad psicológica. 
Dado que yo creo ser de un modo y estoy queriendo ser de este otro modo -el yo ideal-, ocurrirá que todo lo que vaya a favor de este yo ideal me dará confianza, seguridad, pero todo lo que parezca que se opone o retrasa o dificulta este yo ideal me dará inseguridad.
Exactamente como si estuviera ante un riesgo físico, en el que peligrará mi vida física, viviré cualquier circunstancia, cualquier situación que ponga en peligro esa realización ideal que tengo de mí; viviré la inseguridad. 

Por esto, si voy a un sitio y encuentro a una persona que empieza a criticar a todo el mundo, de inmediato experimentaré un estado de inseguridad, porque temeré que luego, cuando yo me vaya, aquella crítica me alcance a mí. 
Entonces esta crítica, esta negación de que soy como quiero llegar a ser, lo vivo como un peligro para esta realización ideal, tan fuertemente quizás como si estuviera en peligro de resbalar y de hacerme daño físicamente. 
Cuando alguien dice algo contra mí, aquello me hiere, me molesta. 
Cuando yo fracaso en algo que estoy haciendo ante las personas, me siento humillado. 

¿Por qué? 
Porque estoy diciendo a los demás y a mí que yo no soy esto que pretendo ser. 
Por lo tanto, cada vez que una situación psicológica pone en duda, niega o retrasa mi pretendido valor, mi valor deseado, esa imagen ideal hacia la cual tiendo, viviré el mismo estado de inseguridad que si estuviera atentando contra mi estabilidad o seguridad física.

La inseguridad produce automáticamente un estado interior de tensión.



continuará...


27 septiembre, 2011

P R I D I C A M Guía de apoyo para conocer que es el mobbing

PRIDICAM - Guia de Apoyo Para Conocer Que Es

26 septiembre, 2011

El espionaje en la pareja



EL ESPIONAJE EN LA PAREJA


Es frecuente en una pareja que los celos de uno de sus componentes (o de ambos) le lleven a convertirse en un perfecto espía. 


Es un modo de no perder el control sobre el otro anticipando acontecimientos que posiblemente solo existan en su mente.

Este estado de vigilancia llega a ser destructivo para la pareja, tienen que saberlo y controlarlo todo, desde las amistades a los compañeros del trabajo, desde las llamadas de teléfono al correo electrónico, los mensajes del móvil, los del face, los del Twitt, los apuntes de la agenda, los papeles arrugados del bolso.... todo es cribado concienzudamente buscando una confirmación a sus sospechas.

Para este espía, lo que hace entra en su normalidad, pero esa conducta es un delito y se puede ( y se debe ) denunciar.

El C.P. la "Ley Orgánica 10/1995 de 23 de noviembre" está el artículo 197, que dice:
1 - El que, para descubrir los secretos o vulnerar la intimidad de otro, sin su consentimiento, se apodere de sus papeles, cartas, mensajes de correo electrónico o cualesquiera otros documentos o efectos personales o intercepte sus telecomunicaciones o utilice artificios técnicos de escucha, transmisión, grabación o reproducción del sonido o de la imagen, o de cualquier otra señal de comunicación, será castigado con las penas de prisión de uno a cuatro años y multa de doce a veinticuatro meses. 


2 - Las mismas penas se impondrán al que, sin estar autorizado, se apodere, utilice o modifique, en perjuicio de tercero, datos reservados de carácter personal o familiar de otro que se hallen registrados en ficheros o soportes informáticos, electrónicos o telemáticos, o en cualquier otro tipo de archivo o registro público o privado. Iguales penas se impondrán a quien, sin estar autorizado, acceda por cualquier medio a los mismos y a quien los altere o utilice en perjuicio del titular de los datos o de un tercero. 

3 - Se impondrá la pena de prisión de dos a cinco años si se difunden, revelan o ceden a terceros los datos o hechos descubiertos o las imágenes captadas a que se refieren los números anteriores.
Será castigado con las penas de prisión de uno a tres años y multa de doce a veinticuatro meses, el que, con conocimiento de su origen ilícito y sin haber tomado parte en su descubrimiento, realizare la conducta descrita en el párrafo anterior. [...]


Delitos Contra La Intimidad





GRACIAS

Guía de derechos para mujeres víctimas de violencia de género

Guia derechos mujeres victimas violencia género

23 septiembre, 2011

¿CÓMO DETECTAR EL MALTRATO PSICOLÓGICO?



¿Cómo detectar el maltrato psicológico? 



Signos de violencia psicológica. 



Autor: Vega Funes Martínez 



El maltrato psicológico se suele manifestar como un largo proceso en donde la víctima no aprecia cómo el agresor vulnera sus derechos, cómo le falta al respeto, la humilla y la víctima va progresivamente perdiendo autoestima y seguridad en sí misma. 

El inicio es variable, depende de las personas que configurarán la relación y de circunstancias diversas. 

Unos maltratadores comienzan en el noviazgo a dar muestras de señas de violencia psicológica, otros empiezan a mostrar algunos signos tras el embarazo del primer hijo o de repente sin haber una señal propiamente dicha la persona es otra para su pareja o los que le rodean. 

En el caso de parejas hay una etapa de atracción o enamoramiento en la que la víctima no se da cuenta de ciertas señales que no pasarán desapercibidas para otros. 

Desde un control de la imagen, un sentido de posesión exagerado o ciertas señales que conviene hacer patentes para que la víctima no se vaya sumergiendo en una situación de caos e indefensión.

Casi todos reconocemos los insultos, las continuas comparaciones para descalificarnos, el tono de voz duro y desagradable, un volumen alto con el ejemplo clásico de los chillidos y gritos, la mirada fija, la risa sarcástica y sabemos distinguir una cara de asco cuando nos hablan. Estos signos a los que restamos importancia van provocando en nosotros malestar interno y profundo.

Es interesante analizar los aspectos no verbales y no quedarse meramente con el mensaje que nos llega de nuestro interlocutor. A veces hay esposas y esposos que se sorprenden de lo que ha sucedido porque han pasado por alto este aspecto tan importante de la comunicación. Sólo notaban cierta desazón tras una frase como un te quiero. No analizaban los gestos y su incongruencia con el mensaje trasmitido.

Frente al maltrato psicológico hay una serie de respuestas adecuadas que pueden limitar el incremento de la respuesta agresiva de nuestro interlocutor o si no al menos, serán alarma que nos avisarán qué lo mejor es marcharse. Este tipo de respuestas se suelen aprender en sesión clínica de cara a afrontar la ruptura y rehacer una posible vida nueva de pareja.

En las siguientes líneas se muestran ejemplos de esa comunicación que vulnera nuestros derechos básicos y qué a la larga merman nuestra autoestima:

· Moralización: 

Es una forma muy sutil de control. La persona se cree dueña de la verdad absoluta y juzga a los demás con su baremo. Lo hace con palabras paternalistas, desde el prisma es que es una persona respetable. "Una buena esposa es la que da placer a su marido aunque no le apetezca, así que vete preparándote"."Un buen padre debe velar por sus hijos, y si pienso que debes estudiar medicina en vez de dedicarte a la pintura lo hago por tu bien".

· Interpretar: 

Este tipo de comunicación supone que la persona que habla hace una lectura de pensamiento del otro. "No vas a dormir conmigo porque estás vengándote de lo de ayer". "Seguro que piensas que no soy capaz de hacerlo yo sola".

· Tergiversación: 

El receptor sospecha de la intención del emisor y reacciona como si éste fuera a criticarlo. Ante la frase: "Hoy la comida está buena" la respuesta agresiva sería: "Quieres decir suelo cocinar mal, ¿no es eso?".

· Interrogar:

La persona agresiva se dedica a preguntar en plan policiaco. Muchas veces está el tema de los celos como tema de este tipo de preguntas. "¿Puedes darme una buena explicación por la qué entienda yo que has llegado a las 17:35 y no a las 17:30 como quedamos? ¿No te estarás viendo con esa?¿Qué?¿Es buena en la cama?".

· Mandar u ordenar: 

Imaginemos por un instante que nuestra pareja tiene la costumbre de mandar hacer o lo que es lo mismo, de ordenar. Una persona normal se dará cuenta de qué él otro podría hacer muchas cosas que delega y lo qué es más molesto, es la forma de expresión tan negativa añadiendo a ello una creencia de superioridad implícita. Frases como: "Quiero que me planches los pantalones con raya, cómo a mí me gustan, ¿es qué tú no sabes nada?". El maltratador piensa que el respeto de los demás se obtiene de esta forma, sometiendo a la gente a su voluntad y la mayoría de las veces no practica con el ejemplo, es decir le gusta que le hagan pero no le gusta hacer.

· Imponer soluciones: 

El individuo toma la decisión sin consultar a los demás miembros de la familia o a la pareja. "A mí me apetece ir a Madrid en vacaciones, así qué para qué hablar más. Lo he dicho yo y basta"."Donde manda patrón no manda marinero".

· Criticar: 

Existen dos tipos de crítica, la constructiva o sugerencia y la crítica destructiva. Nos centraremos en esta última, que provoca un malestar en la persona que la recibe. La primera sirve para buscar una solución, la segunda se basa en la confrontación. "Si no fueras un calzonazos, ya tendríamos la casa en la Sierra y yo no tendría que trabajar"."Eres una pesada, todo el día hablando de tu madre.¿Te he hablado alguna vez de mi familia sin qué me lo preguntaras?".

· Ridiculizar: 

Burlarse del otro en algún aspecto. "Te molesta qué bailé con Alberto, tu compañero de trabajo en la cena, ya? pero sí tú eres un pato mareado y además no te gusta bailar, en cambio él es como Fred Astaire y yo me siento como Ginger en una de sus películas. Mira el vestido que me compré, ¿crees qué estando sentada contigo, un patoso con cara de payaso, me iba a poder lucir en la fiesta de tu empresa?".

· Despreciar: 

Menospreciar al otro individuo. "¡Eres una inútil, no haces nada a derechas!". "Una chica tan estrecha, me estás haciendo perder el tiempo".

· Reprender: 

La persona en vez de sugerir cambios, directamente critica de forma destructiva: "La tortilla es una bazofia, está intragable, eres malísima cocinando y me tienes harto, parece que lo haces aposta. Mi madre, esa sí qué sabe".

· Amenaza o coacción: 

En el maltrato psicológico que lleva años es muy típico encontrar que el agresor o agresora amenaza o coacciona si no se cumple algo con hacer o dejar de hacer algo. Es bueno recordad que el Código recoge la figura de las amenazas y coacciones cómo delito, esto muchas veces se pasa por el calor de la discusión. "Si me abandonas, te mato". "Cómo no calles a ese asqueroso mocoso, le parto la cara".

· Culpabilizar y hacerse la víctima: 

Este fenómeno es muy corriente. El agresor proyecta su agresividad en la víctima y se percibe como inocente. "Ella me provoca, soy un hombre y debo responder así, si la pego o me enfado es porque me saca de mis casillas, ella se lo ha buscado. Es la verdadera culpable, además una paliza o qué la pongan en su sitio le viene bien".

· Pseudoaprobación: 

La persona aparenta comprensión pero deja un poso de culpabilidad en la persona que la escucha?Sí es cierto qué tu madre está en el hospital, lo entiendo, sé qué la quieres, bueno? y está su marido, qué esa es "aquí te espero, estaré solo, esperándote, echándote de menos para que me hagas la cena, pero lo entiendo, ella es lo primero para ti. Vete cariño".

· Tranquilizar: 

La persona tras haber hecho algo malo, tiende a indicar qué la otra está nerviosa, qué no controla sus emociones y ella le pide qué se tranquilice, demostrando lo buena persona qué es. "Sí, estaba con Ana en la cama, tranquilízate, estás histérica...si no es para tanto. Te sentirás mejor cuando me vista y nos vayamos a casa, tranquilízate. Te pones nerviosa por tonterías.".

· Retirarse: 

Hay un tipo de agresividad que se caracteriza por la pasividad, por la falta de compromiso para arreglar la situación. "Me molesta verte así, me voy no sé cuándo volveré. No te molestes en esperarme, a lo mejor ni vengo en varios días". Se trata de una respuesta pasivo-agresiva muy difícil de rectificar en la persona que elude el conflicto. Imaginemos que hablamos sobre un tema importante y de golpe el otro sin dar una explicación.

La agresividad verbal puede ser muy sutil o en cambio puede ser el típico repertorio de insultos. Se puede hablar de agresividad cuando la forma de hablar casi siempre es para desvalorizar al otro, no por un insulto aislado.

El problema cuando se detecta deberá consultarse a especialistas para que se tomen las medidas oportunas. Al ser un tipo de conducta muy difícil de probar requeriremos la actuación de profesionales si se decide una ruptura no conciliatoria.

Es muy importante el apoyo de psicólogos especializados en temas de pareja, maltrato o victimiología. Será preciso descartar la posibilidad de que la autoestima se haya deteriorado o qué aparezca un cuadro psicológico derivado de este tipo de relación negativa.


GRACIAS

22 septiembre, 2011

Creencias erróneas sobre el maltrato



18 CREENCIAS ERRÓNEAS SOBRE EL MALTRATO



Autor: Vega Funes Martínez





La psicología cognitiva ha considerado una prioridad trabajar sobre las creencias no ajustadas y las formas de procesar que provocan un desajuste social. En el caso del maltratador o maltratadora habrá que analizar estas creencias de forma individual.










De todos es conocido que un tipo de valores facilitarán una respuesta de un tipo u otro. Por desgracia la alta frecuencia de muertes de mujeres en España se relaciona con una serie de valores machistas intolerantes a la mujer, con un sentido de posesión y de sometimiento que anulan a ésta como individuo con una serie de derechos. 





La posibilidad de acceder al trabajo a muchas mujeres, está provocando una reacción de confrontación de muchas mujeres que acuden a pedir ayuda o simplemente barajen que existen otras alternativas a su vida actual de esclavismo y vejación.







El maltratador/a se caracteriza por una personalidad autoritaria, rígida, con bajo control de las emociones en las relaciones de pareja, pudiendo ser en cambio una persona más amable con compañeros de trabajo y amigos/as. 



Muchas de estos individuos han tenido problemas a lo largo de su infancia, habiendo aprendido de sus padres este estilo de conducta agresiva y perpetuándolo con su pareja e los hijos. No obstante no todos estos sujetos han tenido problemas de una infancia rígida o han sido maltratados por sus padres. 

La mayoría son hombres pero tampoco podemos olvidar que hay madres maltratadoras y de las esposas agresivas, más maltrato de tipo psicológico que físico.



Entre las creencias erróneas más frecuentes están:
1. Sobregeneralización o generalización excesiva: 




De un detalle sacar una conclusión. "Las mujeres son todas unas putas, sólo quieren el dinero". Uno de los grandes retos que tiene todo terapeuta es lograr que la persona adquiera la pauta de reflexionar más y no dejarse llevar por un tipo de forma de procesar rápida pero superficial. Es muy difícil eliminarlos ya que forman parte discurso popular y podemos encontrar ejemplos en chistes machistas o feministas a ultranza.



2. Minimización o magnificación: 

Exagerar por exceso o por defecto. "El golpe que te he pegado, pero si no es nada y hasta te sienta bien ese color en los ojos"."No me has preparado la comida que a mí me gusta, pero que estás buscando gresca y que te pegue ¿eso es lo que quieres? Eres un desastre, y de verdad qué te la estás buscando, no sé cómo me casé contigo, ya me lo dijo mi madre, esa no sabe ni hacer la O con un canuto". La reeducación supone dar la importancia a los eventos que realmente tiene, aprender a relativizar y ser menos extremo en la interpretación.

3. Pensamiento polarizado: 

Se trata de percibir la realidad de forma extrema, sin matices. El todo o la nada, también conocido como pensamiento dicotómico."Lo amo tanto que si se enamora de otra, lo mato"."Ya no me quieres, ¿por qué me odias?". La persona deberá aprender a ser más flexible y tener en cuenta datos que parece obviar de la situación.

4. Filtraje: 

Visión del túnel. La persona ve la realidad marcada por un tema principal, como si llevara gafas de un color especial. Imaginemos que uno se siente engañado por su pareja y relacionará cada dato con algo que lo corrobore. "Seguro que me engaña, no me hace tanto caso como antes, lleva un vestido nuevo y seguro que tiene un amante". Habrá que actuar confrontando su forma particular de percibir con un estilo más ajustado.

5. Catastrofismo: 

Es un tipo de filtraje que se caracteriza por ver el lado negativo de la realidad. "Si me abandona, no podré superarlo y me suicidaré"."Si pido ayuda, se me hundirá el mundo, hablarán de mí y ella ha ganado la partida, no puedo, ésto es el final". La persona usa palabras muy rotundas como horror, terrible.El objetivo terapéutico será lograr que la se replantee la realidad de forma más positiva, e incluso en el caso de que una persona pasara por una situación grave, la relectura positiva le facilitará realizar un afrontamiento para mejorar la situación y resolver problemas de forma eficaz. Es decir de una crisis obtener una oportunidad de cambio a mejor.

6. Interpretación o lectura del pensamiento: 

Inferir lo que piensa el otro sin habérselo preguntado directamente, e inferirlo según esquema de valores propio. "Está pensando en llamar a su madre y ponerme verde, estoy convencido". "Seguro que piensa en irse con alguna, lo veo en sus ojos". El objetivo de la terapia será educar en la observación de las demás personas y en habilidades sociales que permitan preguntar directamente a la otra persona, sin que ella pueda inferir ni crear discursos que no tienen conexión con lo que la otra persona piensa.

7. Personalización:

Tendencia a relacionar algo de la situación con uno mismo. Hay un hábito de comparación con los demás o de búsqueda de confirmación en la aptitud del otro. "Me ha dicho que está cansado, seguro que he tenido yo la culpa". Uno de los grandes retos en terapia es lograr la empatía con la víctima con la persona que maltrata y no dar por hecho que ella es el centro del universo de los demás.

8. Falacia de la justicia:

Cuando uno cree que sabe lo que es justo y se piensa que los demás no saben lo que es adecuado."Ella debe hacer la casa y tenerlo todo ordenado y cuando digo que quiero cama, es cama. Yo soy el que ordena y mando". Un pensamiento muy típico es que lo mejor para la educación es la mano dura, la disciplina es confundida con la agresividad y la fuerza bruta y uno tiene el poder de impartir justicia porque es padre o madre de familia. El hecho de tener unos determinados roles parece justificar a esos individuos de que pueden hacer lo que les antoje con su pareja o hijos. Ello puede enlazarse con el sentido de posesión sobre las personas con las que convive.


9. Falacia de control:

Hay dos formas:
Interna: La de la persona que se siente responsable de todo, de lo bueno y lo malo. "Si me echan del trabajo no seré un hombre"."Soy el jefe de la casa y digo cómo deben hacerse las cosas".



Externa: El individuo se siente controlado."Va a por mí, no me deja ni respirar". "Si me quedo con los amigos los sábados y los domingos es cosa mía, no me gustan las mujeres que atan a sus maridos, no me molestes más y si voy al fútbol sin avisar es mi problema, como si me voy con amigas". Uno de los mecanismos que utiliza una persona agresiva es proyectar su deseo de control en los demás, creyendo ser observado y dirigido por los intereses de los demás. Esto puede tener una base aprendida en aquellas personas que han tenido una infancia reprimida y qué la consideran adecuada porque es la única forma que conocen.



10. Agresividad: 

La persona agresiva piensa que los demás deben tenerle respeto o tenerle miedo y la mejor forma de lograrlo es demostrar la fuerza o el sometimiento. Es decir que cómo arbitro que imparte justicia puede ser violento y es algo natural y positivo vinculado a su hombría o a una falta de respeto. "Como Manuela se desmande, la arreo un par de h? qué la dejo ciega. Es la mejor forma de que aprenda". "Eres un inútil, qué no me satisfaces, te diré qué fingido siempre y qué dudo de que Andrés y Ana sean hijos tuyos, eres un débil". Este ejemplo es un tipo de conducta agresiva de tipo verbal y algunas mujeres se caracterizan por esta conducta violenta. No obstante el agresor masculino también puede usar la agresividad verbal con frases del tipo: "No vales nada sin mí, eres una inútil".

11. Tener razón: 

Siempre está en proceso de probar lo que afirma. Es imposible que uno se equivoque y hará lo que sea para probar que tiene razón."Un hombre como tú debería haber tenido ya un ascenso, con lo que he luchado por ti, deberías haber aceptado el puesto que te ofreció mi padre.". El sistema que utilizan estos individuos para reafirmarse a si mismos, para reforzar su autoestima es a partir de la tiranía o sometimiento de los demás.

12. Debería:

Cuando uno cree que sabe lo que deberían hacer los demás y se siente herido si los demás no lo hacen. Es una creencia del tipo tener razón pero que en el caso del maltratador es muy importante y merece un apartado especial. "Deberías salir menos"."Ponte la falda más larga, con esa pareces una zorra"."Debes hacer lo que yo diga y si digo cama ahora, es ahora". La valía del agresor se basa en tener bajo control a los demás, asfixiando la libertad de su pareja y eliminando toda posibilidad de que se sienta autónoma y con buena autoestima. Los abusos sexuales en la propia pareja son los más frecuentes y se perdonan porque se piensan que tiene menos importancia, incluso se minimizan con el concepto del débito conyugal. 

13. Culpabilidad:

Cuando uno piensa que los demás son responsables de su situación o se cree el culpable de todos los problemas. Generalmente un maltratador no suele sentirse muy culpable y si lo hace le suele durar poco, en cambio si se siente una víctima. "Me está provocando, por eso he tenido que pegarle. Tiene ella la culpa, me ha sacado de mis casillas". "Yo soy la víctima, ella miente". Otra frase que suele provocar indefensión en la víctima es la del agresor que pide disculpas: "Lo siento, de verdad, cariño, eres lo más importante en mi vida. No sería capaz de hacerte daño"-aunque en esos mismos momentos le haya pegado una paliza importante. Lo niega o culpabiliza a la víctima.

14. La falacia del cambio: 

Una persona espera cambiar a los demás y cree que su felicidad depende de ello. "Cuando te casaste conmigo te lo dije bien claro. Soy el hombre y a mi no me gustan las feministas, así que te quiero callada y sin poner pegas a nada de lo que te diga". El agresor no acepta a la persona por lo que es si no por lo que cree que debe representar. Es muy típico un deseo de control en temas como la imagen, el tipo de forma de relacionarse con los amigos de él. Muchas veces se ven rasgos de este tipo en el noviazgo.Muchas víctimas también piensan que la persona que agrede puede cambiar y para ello ellas deben mostrar comprensión, paciencia, amor y sacrificarse. 

15. Etiquetas globales y cosificación: 

En una etiqueta se generaliza demasiado a partir de una cualidad. Supone un uso estereotipado. "Es mi mujercita, mi niña"."Eres un desastre y no vales para nada"."Eres una coqueta, siempre provocando a los hombres". "Es una mujer, débil y no tiene carácter, debo ser el que lleve los pantalones y demostrar lo macho que soy". Este sistema de ver al otro le permite al agresor eliminar todo vestigio de apego y tratarlo cómo un objeto. Es básico trabajar la empatía y modificar la forma de relacionarse del maltratador con los demás.


16. Posesión: 

La otra persona es un objeto de su propiedad que debe mantenerse obediente y dócil. "Ya sabes lo qué me gusta y el cómo, si no lo haces prepárate que voy a por ti". "Es mi hombre y si lo toca otra, la mato"."Ella es mía y no puede fijarse en otros hombres, cómo mire a alguno exploto". La terapia requerirá una importante dosis de paciencia, romper viejos tópicos sobre la relación de pareja, y de la educación de los hijos, a parte de conocer los derechos asertivos también de los otros. Un tema curioso y por desgracia frecuente es que la infidelidad de uno no tiene importancia, pero en el otro es una falta imperdonable. "Yo puedo andar con muchas mujeres, pero cómo me entere de que me pone los cuernos, ella es la madre de mis hijos"."A ella debe halagarle que vaya con otras, soy un seductor, un verdadero macho".



17. La falacia de la recompensa divina: 



Espera cobrar algún día todo el sacrificio y abnegación, como si hubiera alguien que llevara las cuentas. Hay resentimiento cuando la recompensa no llega o se es víctima de una situación no esperada. Esta creencia es muy típica en víctimas, pero no olvidemos que los agresores muchas veces se sienten tales. "Yo he trabajado hasta partirme los cuernos y ella todo el día en casa, un par de guantazos...  y se piensa que la casa es suya". "¿Qué hice yo para conocerla y casarme con ella? ¿Qué castigo cometí?". Muchas personas piensan que la vida es justa y si algo no sale cómo les ha gustado es por algún castigo. Son personas que han sido sobreprotegidas o tienen un ego muy exagerado y no saben hacer frente a un conflicto. Por desgracia el periódico está plagado de noticias en las que un padre o una madre decide matar a sus hijos porque tiene un resentimiento hacia su pareja y luego se suicida.

18. Razonamiento emocional: 

Cree que lo que siente es verdadero automáticamente."Siento que me miente, me está mintiendo estoy seguro". En general se está hablando de personas impulsivas que dan valor más a lo que sienten que a reflexionar y actuar en base a lo qué realmente está pasando.


Muchas de estas creencias son transmitidas en las canciones, novelas, telenovelas, reality shows por lo que el arraigo y su popularidad nos lo hacen ver cómo algo normal. Es muy típico pensar que uno puede hacer uso de la fuerza si no le dejan hacer lo que le apetece. En cierta medida es algo muy corriente porque se presupone que lo que uno desea es lícito. Se olvida de que la conducta debe estar sometido a normas de convivencia. 

Muchos piensan que las leyes son para los otros, y que los derechos propios son más importantes. 

En el entorno de pareja, se habla de una convivencia teñida de una falta de respeto, compromiso, falta de comunicación, desigual reparto de tareas, unos roles no repartidos en la pareja, mucha agresividad tanto a nivel verbal como física y una falta de total de implicación en el día a día.

Un primer paso tanto para trabajar con los individuos que conformaron la pareja es analizar las creencias erróneas y las formas de procesar tan poco flexible. 

Una vez producida la reeducación en estas creencias se logrará un mayor ajuste en la comunicación y posibilidades de mejora en áreas deficitarias. 


Ello permitirá que en el futuro las personas presenten un patrón de respuesta más asertiva, pudiéndose incorporar habilidades de comunicación para detectar conductas agresivas y pasivas que fomentan la explosión de la ira. Será muy interesante analizar el sistema de valores en el que están inmersos para provocar un cambio y ajuste. 


GRACIAS