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16 noviembre, 2011

En la escuela...






El acoso o intimidación escolar BULLYING se refiere a aquellas actitudes agresivas, intencionadas y repetidas que ocurren sin motivo aparente, y que son adoptadas por uno o más estudiantes, dirigidas hacia uno o más estudiantes.





A el acosador le gusta ejercer su poder e imponerlo a través de burlas, insultos, vejaciones, humillaciones, amenazas, etc., cualquier estrategia le vale para someter a su victima a un completo dominio.



El problema, o mejor dicho, los dos problemas son: la victima y el acosador. Ambos deben ser atendidos y tratados, los dos necesitan ser escuchados y re-educados.


El acosador/agresor posee un modelo de comportamiento agresivo, carece de empatía y suele resolver su problemas usando la violencia.



El acosado/víctima posee otro patrón de comportamiento, son frágiles y sensibles, disponen de escasos o nulos recursos o habilidades sociales.

Este tipo de acoso suele suceder de un modo sorprendentemente oculto a los adultos. Los profesores no suelen tener conocimiento de estos sucesos ya que la mayoría de agresiones o intimidaciones ocurren a las espaldas del personal docente. Los lugares más propicios y preferidos son los pasillos, los baños, y como no, el patio. 



El acoso escolar puede ser sexual, puede ser xenófobo, simplemente por pura exclusión social, puede ser psicológico, se incluyen comportamientos de persecución, de intimidación, tiranía, manipulación, chantaje, amenazas, también puede ser físico, golpes, empujones, zancadillas, y como no, las palizas planeadas por el "jefe" y su marionetas por el puro placer de dárselas a la víctima que sirven para afianzar la sensación de poder del "lider".




Las acciones de los acosadores (en el acoso escolar y en el acoso laboral) van siempre encaminadas a un mismo fin: producir cualquier tipo de daño al acosado, y cuanto más mejor. La muestra de ello es la cantidad de estudiantes que se suicidan. Los adultos que hemos vivido el acoso siempre pensamos que mejor muertos a seguir viviendo, si me suicido dejaré de sufrir, la que suscribe lo ha pensado muchas veces, dos segundos después piensas: peazo cobarde que eres, ¡a luchar!. Soy adulta y con cierta madurez, puedo distinguir un bajón emocional, mi inteligencia emocional y la racional vencen siempre. Pero, ¿qué ocurre en niños y adolescentes?

Los acosadores escolares suelen ser caprichosos, egolatras, quieren que siempre se haga su santa voluntad. ¿Porqué? A saber, quizás en su casa reciben humillaciones, insultos, ofensas, hay padres que han sido educados de ese modo y no saben hacerlo de otro. O quizás es un niño consentido, malcriado, etc. No culpo ni a unos ni a otros, simplemente es lo que hay. Y hay de todo en este mundo.

Tanto los niños acosadores como su entorno familiar deben ser tratados, evaluados, sanados, no solo al niño, sino al núcleo familiar completo. Es muy importante el apoyo familiar y que se cambien pautas.

Los acosados van cambiando su modo de actuar y vivir su vida, sufren angustia, miedo, vergüenza en altas dosis cuando en casa escuchan: "yo a tú edad ya le había partido la cara a unos cuantos", bien, es la frase perfecta para hundir más a un acosado y desde el núcleo familiar. A esta actitud en casa hay que añadirle, humillaciones, vejaciones, agresiones, burlas, entre compañeros de clase o de centro escolar. Un infierno para un ser humano que está formándose. Cae en picado la autoestima, se deprimen, tienen ansiedad, pensamientos suicidas, se vuelven pasivos, empiezan a tener problemas psicosómaticos: dolor de estómago, en el pecho, náuseas y vómitos, dificultad para dormir, llanto constante, de pronto empieza a faltar a clase, tiene miedo a ir a clase, y como no, el rendimiento escolar desciende.

La intervención de los padres (del acosado y del acosador) es FUNDAMENTAL.

Debe existir un canal de comunicación y confianza, para el acosado es importante que se le apoye, que se le ayude y que los padres se comprometan en esa lucha que su hijo tiene sin llevarle a la dependencia emocional. 

Escucharle sin interrumpirle ni juzgarle, permitirle que se desahogue, proponerle alternativas asertivas, respuestas preparadas conjuntamente, no hay que estimularle a la violencia, si está siendo acosado seguramente es porqué está a un nivel superior que sus acosadores, no le empujemos a embrutecerse o envilecerse para bajarle de nivel. No. 

Si ha desarrollado una ansiedad preocupante, si notáis su miedo, lo mejor es ayuda especializada para él y para todo el núcleo familiar.




La ausencia de reglas o pautas de comportamiento en el núcleo familiar, la falta de supervisión y de control razonables del comportamiento de los hijos fuera del colegio, de lo que hacen, con quién van, o una disciplina demasiado dura o exigente, la incomunicación, tensiones familiares, peleas de familia, puede llevar a que los hijos adquieran conductas agresivas que se pueden manifestar tanto en casa, como en la escuela.







GRACIAS