La técnica Reid es una técnica basada en un interrogatorio en nueve fases utilizada a nivel mundial para descubrir mentiras. El objetivo es “llevar” al mentiroso hasta un punto en el que no le queda opción más que aceptar su culpabilidad.
El método se basa en un conjunto de situaciones contrastantes que lleven a la “provocación de comportamientos”, con los cuales se podrá manipular a la persona, es decir, realizar preguntas estructuradas y analizar la respuesta ofrecida -lo que técnicamente se denomina BAI, Behavior Analysis Interview -Entrevista de Análisis de Comportamiento-.
Es importante notar que la técnica no se realiza de manera acusadora, como un interrogatorio, sino que se hace a manera de entrevista. No obstante, en la actualidad esto ha variado siendo la emoción mostrada por el entrevistador dependiente del tipo de pregunta.
De esta forma el entrevistado asocia una emoción con un tipo de pregunta dado, por lo que variando, en las etapas finales, la emoción ante el tipo de pregunta el entrevistador puede inducir al entrevistado a responder preguntas inquisitivas o acusativas de forma más dócil sin que esté presente una defensa muy ardua.
Son un total de nueve pasos.
Este es un resumen con la intención de dar una visión general del proceso.
Paso 1 – Confrontación directa: Al individuo se le hace saber de forma directa o indirecta que existe evidencia suficiente como para incriminarlo (aunque esta no exista).
Paso 2 – Desarrollo: Este paso tiene la intención de contrastar con el primero, por lo que se pone al individuo en lugar de víctima, inventando o buscando excusas que lo alejen de la culpabilidad.
Paso 3 – Evitar que el individuo se excuse a si mismo. Este es uno de los pasos más importantes, ya que el evitar que la persona se justifique a si misma diciendo que es inocente o que no lo hizo evita que fortalezca su nivel mental de defensa.
Paso 4 – A esta altura la persona va a crear una justificación citando los motivos y razones por las que no cometió el crimen (o de lo que se le acuse). Generalmente cuando la persona crea un concepto secundario para explicar por qué no tenía el motivo de hacer lo que hizo significa que es culpable (ver en los enlaces relacionados la explicación en detalle).
Paso 5 – Mostrar sinceridad, la intención es crear un vínculo con el individuo mostrándole sinceridad y comprensión. El fin de este paso es aumentar el nivel de receptividad de la persona y disminuir sus defensas haciéndola creer que a pesar de la presión se la entiende y apoya.
Paso 6 – El individuo se tranquiliza y comienza a escuchar, el contraste de presión y apoyo en la entrevista hace que vea al entrevistador como una figura paternal. En el caso de los culpables es normal el llanto contenido a causa de la presión. Es importante darle alternativas en este paso ya que, en el caso de los culpables, el tener alternativas los abstrae de la situación que enfrentan y buscan “salirse de la manera fácil” aceptando el “mal mejor”.
Paso 7 – Alternativas: en este punto se realiza una pregunta alternativa donde solo puede haber dos respuestas y en donde ambas se asume culpabilidad. La diferencia entre las respuestas es que una es socialmente más aceptable que la otra, haciendo a los culpables sentirse que de esa manera su culpa se aminora. Un ejemplo simple podría ser ¿Lo has hecho por motu propio o te han obligado?. Un inocente respondería que no o se enfadaría, pero la presión lleva al culpable a intentar justificarse nuevamente sin prestar atención a la doble intención de la pregunta.
Paso 8 – En este punto se lo deja hablar sobre lo ocurrido, se le piden opiniones e ideas. Es muy normal, si es que para esta altura ya no ha confesado en el paso 7, que la presión lo lleve a confesar al ver que se derrumba su coartada.
Paso 9 – La confesión
Otros puntos a tener en cuenta:
1. Las personas que dicen la verdad se “ponen de frente” sin dudar. Los mentirosos tienden a evitar la alineación frontal directa, y usualmente se sentarán con sus brazos y piernas cruzados, como si estuviesen congelados”
2. Para distanciarse psicológicamente del “cuento chino”, el mentiroso usará con frecuencia pronombres imprecisos como “ustedes”, “nosotros” y “ellos”.
3. Cuando las personas dicen la verdad, usualmente hacen gestos con las manos que enfatizan y coinciden el ritmo de su discurso, una condición natural cuando estamos convencidos de lo que estamos diciendo. Las personas poco sinceras controlarán mucho más sus manos.
4. Los mentirosos más experimentados no sudarán ni una gota, pero el resto de nosotros tendemos a ponernos nerviosos al mentir. En ese caso, nuestros ojos pueden moverse mucho, tener un tono de voz más agudo que de costumbre, enrojecernos o respirar más profundamente.
5. Los mentirosos tienden a pedirte que repitas la pregunta, iniciando sus respuestas con “¿Quieres que te diga la verdad?” o “Para serte sincero…”. Las respuestas evasivas también deberían despertar tus sospechas.
6. El teléfono tiende a facilitarle el trabajo a los mentirosos. En un estudio hecho a 30 Universitarios, se observó que el teléfono era el medio preferido para decir mentiras, casi en un 37%; dejando 27% al “cara a cara”, 21% en chats y apenas 14% por e-mail. No es de extrañar, pues las conversaciones telefónicas no permiten detectar el lenguaje corporal y no dejan evidencias como los correos electrónicos.
7. Un mentiroso puede que no haya pensado en todos los detalles de su historia. Si crees que te mienten, indaga sutilmente los detalles.
8. Cuando una persona miente, las pausas entre cada palabra que dice aumentan sensiblemente.
9. El mentir pone a la gente a la defensiva. Mientras una persona sincera está dispuesta a cooperar y dar explicaciones, un mentiroso se pondrá a la defensiva y será menos cooperativo.
10. Cuando una persona dice la verdad, es perfectamente posible que diga sus razones con una o varias imperfecciones; en ese caso, no tendrá problema en reconocerlas y volverlas a explicar. Un mentiroso tendrá problemas en admitir tales “pequeñas imperfecciones”, y no estará dispuesto a explicarlas.
11. Algunas personas tienen la costumbre de dudar antes de hablar, en cualquier circunstancia; es como si pensaran siempre sus respuestas. Si de repente responden sin dudar, es una señal de alerta.
12. Atención con los “errores” al hablar, como por ejemplo, confundir una palabra por otra. Generalmente decimos, jocosamente “Te traicionó el subconsciente”. Esos pequeños deslices, puede que sean más ciertos de lo que crees.
13. Las personas que dicen la verdad usan la totalidad de sus músculos faciales; los mentirosos sólo sonríen con sus bocas, sus ojos no reflejan sus emociones.
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